¿Estás pensando en escaparte a un destino no muy lejos del Camping Villasol durante tus vacaciones en Benidorm, o simplemente te apetece hacer escala en algún pueblo que merezca la pena con tu autocaravana? Te recomendamos visitar Altea. No solo por lo bonito que es, si no por la cantidad de tiendas, restaurantes y rincones que son muy aconsejables visitar alguna vez en la vida. Seguro que estás con ganas de saber más, te proponemos una lista de imprescindibles sobre qué ver en Altea.
Para poder acceder al casco antiguo tendrás que subir por unas cuestecitas de piedra con algún que otro escalón hasta llegar a la zona más plana donde está ubicada la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Inspeccionando por sus callecitas estrechas podrás hallar una gran variedad de restaurantes, casitas pequeñas con sus respectivos balcones, tiendas de todo tipo y rincones mágicos donde uno se puede perder sabiendo que podrá orientarse sin necesidad de utilizar el GPS al ver la iglesia desde lo alto.
Puedes aparcar en la zona baja del pueblecito e ir subiendo para llegar a la plaza donde está situada la iglesia, podrás toparte con dos miradores, uno se encuentra a mitad de camino mientras vas ascendiendo, y el otro mirador lo podrás encontrar cuando subes todas las cuestecitas y llegas arriba del todo, donde está situado el casco antiguo. Se trata del mirador más afamado de Altea por sus increíbles vistas, tanto de día como de noche, a todas las casitas del pueblo junto a la bahía.
Se trata del monumento más emblemático de Altea, no solo porque en cualquier rincón del pueblo podrás verlo debido a su gran tamaño, sino también por sus dos características cúpulas azules y blancas, que marcan en cierta medida los colores de cada calle y esquina del pueblo.
Mientras das un paseo por las callecitas, podrás encontrar una gran variedad de tiendas pequeñas con gran encanto, donde podrás optar a varias opciones, ya que dispones de bisutería, ropa apta para todas las edades, complementos e incluso cerámica. Merece la pena entrar y echar un vistazo, no solo porque los vendedores son gente muy campechana y agradable, sino porque puedes encontrar completas joyas que en la ciudad no hallarías. Si decides visitar Altea en verano, podrás toparte con un mercadillo con varios puestecitos en la plaza de la iglesia.
Si has pensado en probar la gastronomía mediterránea, podrás observar que mientras vas andando por el pueblo o inclusive en la misma plaza, encontrarás una gran cantidad de restaurantes para todo tipo de gustos y con opción de terraza. ¿Te cuesta decidirte? Te aconsejamos probar “In Bocca Al Lupo”, un restaurante italiano con gran personalidad. Si en cambio, deseas una opción más vegana, te sugerimos que pruebes “Mamarosa”, un local con comida casera de gran calidad. Y, por último, si eres de sabores fuertes e internacionales, te recomendamos que vayas al restaurante “Crown of India”, un establecimiento donde todas las personas que han ido coinciden en que se trata de uno de los mejores sitios para comer comida india.
Cuando vas caminando por Altea, te das cuenta de que casi todas las callecitas y casas tienen la misma temática por el juego de colores azules y blancos, simulando que estás paseando por Mykonos, Grecia. No obstante, también se puede apreciar la cantidad de macetas con plantas verdes y flores de diferentes colores que hacen un contraste precioso. No es de extrañar que sea uno de los pueblos más fotogénicos de toda la provincia alicantina, ya que te das cuenta de que en cualquier rincón que pasas tienes una excusa para hacerle una foto de lo bonito que es.
Una de las ventajas de vivir en la Costa Blanca es el buen tiempo que hace en cualquier momento del año para poder ir a la playa, por ello, si estás con ganas de pegarte un buen chapuzón y tomar el sol, dispones de varias playas para poder escaparte y desconectar. Si no te apetece coger el coche y deseas ir a una playa que esté cerca del pueblo, te recomendamos ir a La Roda, una playa que bordea todo el pueblo y cuya combinación de colores turquesas por el mar, y blancos de las piedrecitas, van en sintonía con los colores más característicos del pueblo.
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