El camping ha sido objeto de pasiones y recelos desde su generalización como nueva forma de hacer turismo, allá por los años 60. Viajar en autocaravana o con un remolque era casi una nueva forma de aventura que se popularizó en nuestro país, que además contaba con el clima y el paisaje adecuados para convertirse en un paraíso de campistas procedentes de todos los puntos de Europa.
Los apasionados del camping destacaban como ventaja principal de acampar en plena naturaleza la mayor flexibilidad y los mejores precios, en comparación con los alojamientos convencionales como hostales, pensiones y hoteles. Sus detractores, sin embargo, huían de lo que algunos consideraban una solución turística incómoda y no muy glamurosa, sin intimidad, ni comodidades.
El siglo XXI, que posiblemente pase a la historia como el de la innovación turística, ha traído consigo, entre otras muchas tendencias de consumo interesantes, la máxima personalización de la experiencia turística como punta de lanza imprescindible de cualquier empresa de servicios del sector. Ya no existe “bueno y malo” en turismo, ni “caro o barato”. Hoy en día, el lujo para el viajero es precisamente poder elegir.
Así, de un concepto post hippy como el camping, las empresas turísticas más innovadoras han sabido evolucionar hacia el ‘glamping’, que nace de la unión de ‘camping’ y ‘glamour’. Dicho concepto se basa en la sofisticación del concepto de acampada al aire libre proporcionando al viajero servicios de lujo en alojamientos de primera categoría. Se trata, simplemente, de elevar la estancia en plena naturaleza a la categoría premium, y no está en sí demasiado lejos de las expediciones o acampadas de los viajes de acaudalados europeos a las zonas en las que no existían hoteles de cinco estrellas pero sí se descansaba bajo cielos estrellados, como la sabana africana u Oriente Próximo. La variedad de la oferta es inmensa: hay tipis, jaimas o cabañas en los que destacan la decoración y el equipamiento cuidados hasta el último detalle, camas king size, baño privado con amenities, toallas, electricidad y agua caliente exactamente iguales a los que se encuentran en cualquier hotel.
El Camping Villasol, en Benidorm, es un magnífico ejemplo de Glamping en Benidorm . Instalaciones de altísima categoría, con servicios e instalaciones propios de hoteles, pero sin que los clientes tengan que renunciar al ambiente y a la flexibilidad de un camping. Entre su amplia oferta disponible, destacan el Resort y las Suites como modelos de ‘glamping’.
El Resort se caracteriza por estar situado en un entorno privado rodeado por un exclusivo jardín de vegetación subtropical. Cuenta con dieciséis bungalows deluxe totalmente equipados y decorados de forma moderna y acogedora, y conforma un innovador concepto de alojamiento.
Por su parte, las Suites son habitaciones muy espaciosas y totalmente equipadas, pensadas para disfrutar de la naturaleza y del ambiente del camping pero con la comodidad de una habitación de hotel. Cada Suite dispone de su propio cuarto de baño de una espléndida terraza privada y una plaza de parking contigua, sin olvidar comodidades como WIFI y televisión.
Además, el Camping Villasol ofrece restaurante y cafetería, piscina exterior con chiringuito de verano, piscina climatizada, supermercado, sanitarios, pistas de petanca, canchas de baloncesto y pistas de petanca.
Camping Villasol es la experiencia de ‘glamping en Benidorm’ más completa y actualizada en un entorno privilegiado como es la ciudad de Benidorm.
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